SOFÁ ISABELINO MUY ESPECIAL
Hoy os presento una pieza muy especial para mi, con la que disfruté muchísimo en su proceso de restauración.
Se trata de un sofá isabelino de madera de nogal, tallado con motivos florales impresionantes, con un trabajo de torneado artesanal, que en su día, solo podía realizar un verdadero artista.
Es una de esas piezas antiguas dignas de admiración y belleza, con la que es fácil crear ambientes románticos, únicos y realmente especiales.
Me gustaría hacer una mención especial a los detalles del tallado artesanal que presenta nuestro antiguo y especial sofá, queriendo rendir un pequeño homenaje a los artesanos de la época, que lograban crear piezas únicas e irrepetibles con su principal herramienta; las manos.
He de destacar que las chinchetas que veis en la foto, son las originales, retiradas con mimo en el proceso de restaurado, para conservarlas posteriormente en su acabado final.
A continuación os voy a mostrar una selección de imágenes en las que podéis apreciar con detalle la belleza de cada una de las partes de ésta pieza tan especial.
Especialmente bello, ¿verdad?
Ahora os voy a mostrar como era antes de caer en mis manos y el proceso que he llevado a cabo con ésta belleza.
Increíble, ¿no os parece?
Una de las cosas que tenía clara desde el principio era no alterar su belleza natural.
¡Asique manos a la obra¡
Uno de los problemas con los que me encontré fue cómo retirar todos los restos de antiguos barnices y tintes que cubrían la madera del sofá, para lo cual utilicé lija de mano, cepillo de alambre fino y muchísima paciencia y delicadeza, hasta conseguir el siguiente resultado.
Una vez lijada y limpia la madera, procedo al tapizado, el cual consiste en retirar toda la gomaespuma y tela que la cubría.
Como curiosidad os contaré que el relleno que se utilizaba en la época era el crin vegetal.
Si en alguna ocasión os encontrarais con una pieza así, es importante conservarlo.
Para el acabado de nuestra pieza de inspiración francesa, procedí a abrir el poro a la madera de nogal y darle una pátina de cera blanca para resaltar la veta, consiguiendo un resultado sencillamente espectacular.
Para darle mi toque personal y acercarla a nuestros días, escogí una bonita tela beige con una escritura antigua en blanco para el tapizado.
¿Qué os parece?
Espero que os haya gustado tanto como a mí restaurarlo.
¡Nos vemos en el próximo post!
Precioso sofá, impresionante
ResponderEliminarMuchas gracias Isabel
EliminarBuen trabajo
ResponderEliminarMuchas gracias Dioni
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